María Helena con sus fans

Esta fotografía es de diciembre de 1966, y muestra a María Helena rodeada de chiquilines y adolescentes en el hotel donde se alojaba. Presten atención a la expresión de felicidad de nuestra homenajeada, que revela una faceta no tan conocida de ella de la que nos ocuparemos también en esta sección.

Veamos lo que nos dice al respecto Elena Gloria Alarcón:

En el inconmensurable pentagrama de los recuerdos, cada año, cuando en Posadas, Misiones, el litoral y la región toda, nos preparábamos para participar de las ediciones del Festival Nacional de la Música del Litoral, entre los jóvenes de entonces, los amigos y nuestras familias disfrutábamos contando los días que faltaban para su inauguración, para oir el primer sapucay (grito emitido de los más profundo del ser humano, de sus entrañas) y el momento de encender las antorchas, pues esa era la forma, única y soberana, del público misionero para manifestar su aprobación y consagración a los artistas participantes...

Surge, en nuestras retinas, la visión adolescente de una amistad, nacida espontáneamente, entre María Helena y su Barra Misionera, como nos llamaba.

Hoy, siguen sonando en nuestros oídos, vivas sus palabras, su alegría en cada reencuentro, su humildad y su sencillez, que en ningún momento diferían con nosotros, pues ella, era y sigue siéndolo en el recuerdo, la artista reconocida nacional e internacionalmente, y nosotros, su barra de fans.

En su paso fugaz por esta tierra, a la que tanto amó y cantó, tenemos ese privilegio de haber sido testigos fieles del afecto, cariño y recuerdo que María Helena dejó en niños, jóvenes y familias enteras.

Somos agradecidos del legado recibido y de los designios divinos para realizar esta grata tarea de recordar y guardar su memoria, como algo muy preciado y tratar de pregonar, en la actualidad, a María Helena como ejemplo para niños, adolescentes y jóvenes carentes de valores morales, de identidad y amor por nuestro folclore.