Canciones del VOLUMEN IV Canción del adiós
Para ver la letra haga clic sobre el título de la canción deseada.
Debajo de cada letra hay un reproductor que le permitirá escuchar la canción mientras la lee. Debe hacer clic sobre la franja negra para que aparezca el reproductor.
Te digo adiós y acaso
te quiero todavía;
no sé si he de olvidarte
pero te digo adiós,
no sé si me quisiste,
no sé si te quería
o tal vez nos quisimos
demasiado los dos.
Este cariño mío
apasionado y loco
me lo sembré en el alma
para quererte a ti;
no sé si te amé mucho,
no sé si te amé poco
pero sí sé que nunca
volveré a amar así.
Me queda tu sonrisa
grabada en el recuerdo
y el corazón me dice
que no te olvidaré;
pero al quedarme solo
sabiendo que te pierdo
quizás comience a amarte
como jamás te amé.
Te digo adiós y acaso
con esta despedida
mi más hermoso sueño
muera dentro de mi,
pero te digo adiós
para toda la vida
aunque toda la vida
siga pensando en ti.
Cantando he pasado mi vida
que lindo es amar y soñar
pensando en momentos queridos
que el tiempo no logra borrar.
El cielo cubierto de estrellas
perfuma la brisa un jazmín
la noche suave y deliciosa
que lindo es amar y vivir.
Una noche así nació el chamamé
él después canté con amor y fe
la luna alumbraba de madrugada
sus labios tibios besaba yo.
Tarareando aquí y canturreando allá
este chamamé marca su compás
y con alegría de noche y día
bailamos polca y chamamé.
La música es poncho del alma
nos hace vibrar nuestro ser
y así tarareando y cantando
espero otro amanecer.
Ella tenía quince años,
treinta y cuatro tenía él.
Ella una niña ya fue señora
él teniente coronel.
Fue en 1812
septiembre 12 también
por el cariño unió el destino
a Remedios y José.
Estribillo
Día feliz que Dios dio
una compañera a San Martín.
(Linda pareja, todos decían,
(por Remedios y José.
Padrino de aquella boda
fue el general Alvear;
y Doña Carmen, de aquél esposa,
la madrina en el altar.
Gervasio Antonio Posadas
los unió por el civil
y por la Iglesia el Reverendo
Luis José de Chorroarín.
Qué linda que estás Corrientes
Tierra roja y malezal
si no te besa la luna
te acaricia el paraná.
Orgullo de la Argentina
mi provincia litoral
mientras Brasil te requiebra
te festeja el Paraguay.
Estribillo
Que lindo fue
nacer en ti una vez
entre el dulzor
de un sentido chamamé.
Que líndo es
poder gritar
con un potente sapucay
(grito) ..........
soy correntina de ley.
I
Ay, amor, cuánto me dueles.
Ay, amor que te alejas de mí
mientras busco en estrellas lejanas
tu dulce mirada, torrente de luz.
Ay, amor, ya no vendrás
a entibiar mi soledad.
Ya no habrá más primaveras,
sólo ensueños opacos sin fe.
Y en la noche de mis desamores
cargada de inviernos sin alba me iré.
Ay, amor, ya no vendrás
a entibiar mi soledad.
Estribillo
Yo sé que te he perdido
y voy rumbo al dolor.
Dejame con mi olvido,
así será mejor.
Ay, amor, ya no vendrás
a entibiar mi soledad.
I (Bis)
Pero tú qué sabes de esto,
si no tienes piedad ni de tí.
No buscaste que te perdonara,
y hoy ni arrepentido perdones tendrás.
Ay, amor, ya no vendrás
a entibiar mi soledad.
Estribillo
Yo sé que te he perdido
y voy rumbo al dolor.
Dejame con mi olvido,
así será mejor.
Ay, amor, ya no vendrás
a entibiar mi soledad.
Me estoy portando mal
no debo obrar así
yo sé que no es feliz
pero tiene su hogar
porque lo conocí
y lo llegué a querer
hoy puedo enloquecer
si no lo veo más.
Y gritaré
tu nombre otra vez
tu nombre mi amor
no sabes que a mi edad
también se puede amar.
El comenzó a notar
lo que siente mi amor
se aleja más y más
como a la tarde el sol
soy joven ya lo sé
él ya un poco mayor
pero mi corazón
no quiere comprender.
Y gritaré
tu nombre otra vez
tu nombre mi amor
no sabes que a mi edad
también se puede amar.
Escuchar mientras lee:
(Polca canción)
Letra y Música: Edgar Romero Maciel - Albérico Mansilla
Antiguo arriero de peces, dorado río,
por tu camino de siglos bajando vas,
desde donde su farol enciende la luna
hasta las islas frutales del litoral.
Sus soles tus lomos queman en el estío,
barrancas, islas y playas te ven pasar,
arriba lames las garras de ariscos pumas
abajo reflejas luces de la ciudad.
Canoas isleñas del Paraná,
quiero ser el agua por donde van,
irme cauce abajo, lluvia retornar,
y ser nuevamente río Paraná.
Asoman en tus riberas como otros días
las bellas formas trigueñas del guaraní,
pero revive en el alma de los isleños
la raza vieja que otrora reinara allí.
Quien fuera, me dijo un día mirando el río,
como las aguas tranquilas del Paraná,
que no conserva las huellas de los navíos,
y así las penas del alma poder borrar.
Canoas isleñas del Paraná,
quiero ser el agua por donde van,
irme cauce abajo, lluvia retornar,
y ser nuevamente río Paraná.
A un niño muy solo
una tarde encontré
mirando hacia el cielo
con ojos de fé.
Me dijo ese niño
señor álceme
yo quiero llegar hasta el cielo
y ver a mi madre
que hace mucho se fue.
No pude escuchar a ese niño
y al irme de lejos
esto le escuché:
Mamita, mamita,
te empiezo a extrañar
el cielo está lejos
no puedo alcanzar.
Qué lindo mamita
qué felicidad
bajaras del cielo
y un beso me dieras
qué lindo sería mamá.
Y en ese momento sublime
me lleves contigo
mamita, mamá.
Yo nací donde la selva
se confunde con el cielo.
Donde el río torrentoso
va cayendo sin cesar,
y en inmensa catarata
se descuelga como un velo,
y es un ñandutí de plata
con espuma de oro viejo,
donde va rompiendo el agua
entre piedras sus espejos
donde el sol es mil reflejos
de colores natural.
Esta tierra colorada
es un vino derramado
que se trepa por mis venas
en vibrante sapukay,
y en el grito jornalero
se desangra en mi garganta
cuando el cansancio nochero
desde el fondo se levanta
se oye el canto misionero
que en el sueño se desata
y un destino yerbatero
de sudor y de jornal.
25 de febrero,
reducción de Yapeyú
Doña Gregoria Matorras
su quinto hijo ha dado a luz.
A orillas del Uruguay,
en la Selva Guaraní,
nació de semilla hispana
José Francisco de San Martín.
Hasta el nombre de su tierra
ha presagiado el destino
de quien fue con tanta gloria
héroe de los argentinos.
Fue su cuna aquel paisaje
donde muere el Guayabí,
desde el arroyo Bellaco
hasta el río Ibicuí.
Hasta el nombre de su tierra
ha presagiado el destino
de quien fue con tanta gloria
héroe de los argentinos.
Escuchar mientras lee:
(Litoraleña)
Letra y música: E.Martínez Vilas - René Careaga
I
La luna que nos seguía
por el saucedal
cuando aún eras mío,
aquella que nos guiaba
hacia tu ranchito
cuando tú me amabas.
Aquella, la misma luna,
tu falso amor descubrió;
la misma blanca farola
que, avergonzada, hoy no salió.
Comprendo que, resentida,
la luna se oculte, herida.
Amor, ¡qué mal nos pagaste
a mi lunita y a nuestro amor!
II (Bis)
Qué pena tendrá la luna,
luna, lunita del litoral.
Qué pena que ya no sales
porque ahora temes hacerme mal.
Lunita, blanca lunita,
lunita del litoral
te escondes, estás muy triste
porque alumbraste mi falsedad.
Lunita, ese manso vuelo,
te espero en el saucedal
si vieras cómo te extraño
ay, mi lunita del litoral.
Pescador del Paraná
que esperas pique de sueños...
mientras el río se lleva
tu pulso de guitarrero...
Yo te he visto en la alborada
con carnadas y aparejos...
y un silbido entre los labios
que te sigue como perro...
Estribillo:
La niña del agua tiene
de escamas la cabellera
y una lágrima que moja
la trenza de su leyenda.
La vida también es río
que va golpeando la piedra
la niña del agua tiene
de escamas la cabellera...
Tu guitarra pescadora
tiene el cauce de tus penas
y hay un anzuelo clavado
en su boca de madera.
Pescador y guitarrero
el tiempo es como un dorado
que se nos va de la mano
cuando menos lo esperamos...
Estribillo:
La niña del agua tiene
de escamas la cabellera
y una lágrima que moja
la trenza de su leyenda.
La vida también es río
que va golpeando la piedra
la niña del agua tiene
de escamas la cabellera...
Coda: Guitarrero y pescador.